El ejemplo del París Saint-Germain en la Champions es aplicable a la Segunda B. Un equipo que domina holgadamente en su liga doméstica no tiene garantizado el éxito en una competición del KO. La ventaja con la cual logre terminar el Mallorca como campeón del Grupo III, de nada servirá en un cruce de 180 minutos si no se mantiene el gen competitivo. Le pasó al Bayern de Guardiola siendo campeón sobrado pero cayendo siempre en semifinales en Europa. El nivel competencial de sus respectivas ligas no les hace sufrir demasiado. Ello cambia al enfrentarse a otros grandes de las demás ligas europeas, pagan el peaje de no estar acostumbrados a superar adversidades.
La ventaja con la cual logre terminar el Mallorca como campeón de nada servirá sin gen competitivo en el PlayOff.
Definitivo
Lo mejor que le puede pasar al Mallorca es llegar en su mejor estado de forma al PlayOff pero que, antes, le haya tocado vivir y superar problemas. El PSG se pasea en su liga y luego no supo enfrentarse a dificultades competitivas en cuanto el Madrid introdujo a Marco Asensio y Lucas Vázquez en el tramo final. Ello puede llegar con bajas de jugadores en momentos puntuales, malas rachas de resultados y aprender a resolver contratiempos. Si no puede que cuando llegue el momento de enfrentarte a un rival con un nivel competitivo superior a tus rivales, este sea más definitivo en los momentos importantes que deciden una eliminatoria corta.
Saber sufrir
Normalmente el PSG no sufre en la Ligue One ante las contras de sus rivales. Luego se enfrentó a un Real Madrid que está varios escalones por encima de la media de los adversarios franceses y se vieron muchas carencias y padeció. En el Bernabéu no pudieron sacar el balón jugado desde atrás. La presión es muy distinta en Francia. También se vio en la definición. En su liga genera quince oportunidades por encuentro, ocho de ellas claras. En Champions solo pudo tener cuatro y, si no estás acertado en la definición, sucedió lo que ya vimos. Estoy seguro que Vicente Moreno lo tiene claro porque ya lo vivió con el Nàstic al no lograr ascender en el primer intento. Esperemos que logre inculcarlo a su plantilla y el vestuario llegue concienciado.
