Cambiar el chip

El mallorquinismo auténtico, el de toda la vida, no se echó a la calle para celebrar el ascenso. Solamente unos pocos cientos de jóvenes sin memoria histórica (juventud, divino tesoro) dieron color a los improvados fastos del lunes. La plaza de Cort y la fuente de Ses Tortugues registraron la asistencia más floja de las celebraciones rojillas tras haber conseguido un logro histórico. El ascenso a Segunda para un laureado como el RCD Mallorca apenas ha transmitido sentimiento de euforia empezando por el entrenador Vicente Moreno. El míster sabía que era una obligación. También un veterano como Julià Mir confesó que sinitó más alivio que alegría. No hay nada que celebrar y me reconforta que mi opinión haya salido reforzada.

Fue una celebración de Segunda B sin empaque y con una pobrísima puesta en escena.

Urgencia por la foto

Quise hacer el mismo recorrido que el bus descapotable de los futbolistas junto a Alejandro Jurado para ver, con mis propios ojos, el fracaso del paseo triunfal. El club no tenía intención de celebrar nada, con buen criterio. Pero el Ajuntament movió hilos y la entidad aceptó sin valorar que la improvisación jugaría en su contra. La frase de “nos vemos obligados a celebrarlo con nuestra gente” sirvió como argumento para aceptar la invitación trampa del consistorio. La urgencia por la foto de los polítiocs con la plantilla en el balcón y la entrega de una placa al club, motivó que el Mallorca se olvidase de algo que tanto cuida y mima como es la imagen y sus patrocinadores. Consintió que sus jugadores subieran a un bus sin rotular como un grupo de turistas más.

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Vicente Moreno sentado en pantalón corto en el salón de actos de Cort. Foto: TTdeporte.com.

Breve y emotivo

Fue una celebración de Segunda B sin empaque y con una pobrísima puesta en escena. Posiblemente sean trámites que deben cumplirse protocolariamente y de los cuales los políticos buscan el rédito mediático a costa de una institución que han tenido abandonada toda la temporada sin aparecer apenas por su palco. No entiendo tanta ansiedad. Qué mejor que, si se quiere o se deben realizar estos actos, que se hagan con una buena organización y promoción. Aunque ni así creo que la respuesta hubiese sido mejor. Al club le queda el último partido en Palma del próximo domingo para celebrar con sus abonados, sus incondicionales 6.000 que no han fallado a la cita matinal domingo tras domingo. Algo breve y muy emotivo sería suficiente para cerrar una página negra de la centenaria historia del club.

Del insulto a los vítores

Lo hablaba con algún agente local de polícia que estaba de servicio en la plaza de Cort. Algunos de los que apedrearon el bus del equipo hace un año vitorean hoy a un Molango y Raíllo que hoy son sus héroes. Afortunadamente la masa social del club de base, la auténtica, ni insulta ni jalea. Actúa desde el sentido común. Hoy toca estar tranquilos y satisfechos por haber logrado salir muy rápido del infame fútbol de bronce. Ahora hay que cambiar de chip. Se acabó.


Vídeo: El autocar descapotable abandonaba Cort rumbo a la plaza de Ses Tortugues (TTdeporte).

Sobre Tomeu Terrasa

Comunicador dedicado durante más de 30 años a la información deportiva. Ha narrado al RCD Mallorca en Primera y Europa además de acompañar a Moyà y Nadal alrededor del mundo desde 1997.

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