¡Salimos del pozo!

El RCD Mallorca ha regresado a la Segunda División y con él lo han hecho incluso los anti-molanguistas. Esta temporada en el ruinoso fútbol de bronce muchos me habéis criticado o recriminado mi alienamiento incondicional con la gestión del CEO y su política del club. Desde el mismo día del descenso en este mismo escenario donde se ha logrado regresa, lo tuve claro. Si Molango es capaz de llevar a cabo una limpieza de personajes tóxicos que durante años han medrado en el club además de liquidar a la mayoría de futbolistas que demostraron una gran falta de profesionalidad, estaría dispuesto a reconsiderar mi posición crítica.

Volvemos al lugar que jamás debimos haber perdido con las exigencias que ello conlleva para todos.

Apuesta ganadora

Sarver confirmó a Molango y arrancó una histórica reconversión en el club. Cumplida esta primera premisa lo tuve más claro todavía. Se debe ser positivo desde el minuto cero. Solo debía existir un objetivo y no podía ser otro que salir del pozo. Mi apuesta ha sido ganadora. Deportivamente no era difícil acertar con esta política de fichajes empezando por el entrenador Vicente Moreno. El director deportivo Javier Recio consiguió armar un super equipo de Segunda B para tener supremacía en la categoría cumpliéndose, uno por uno, todos los objetivos en la hoja de ruta para ascender. La espectacular marcha del equipo, batiendo todos los récords habidos y por haber, ha callado las voces más críticas e interesadas del entorno. Los indignados se han perdido ver ganar a su equipo, disfrutar de ser seguidor del líder y de la alegría del ascenso. Otra cosa son las celebraciones que, para mí, sobraron incluso la de Anduva o la de la Plaza de las Tortugas nada más finalizar el partido y haber ascendido. Son muchos los que jamás perdonarán a Molango. Unos le culpan del descenso y otros le recriminan sus formas de manejar la SAD balear sin querer reconocer que el primero que aprueba sus formas es el multimillonario Robert Sarver y sus colegas de la propiedad. El suizo es el claro ejemplo del que sabe rectificar para no volver a caer en errores pasados.

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Molango, Salas y Nash con rostros de concentración durante la previa del encuentro. Foto: A. Jurado.

Seis primeros

Este mea culpa del consejero delegado tampoco se ha querido valorar por sus detractores entre lo que hay que incluirme a mí hace justo un año. Reconozco que los graves insultos racistas, menosprecio hacia su familia y afán de linchamiento popular me conmovieron y ablandaron. Siempre hay que dar una segunda oportunidad, incluso en el fútbol. El tiempo pone a cada uno en su lugar y han bastado cuarenta partidos para dejar en evidencia a muchos que hoy buscan al consejero para ofrecerle un abrazo triunfalista. Pero ya lo he dicho en más de una ocasión, Molango ni olvida ni perdonará jamás a los que cruzaron lo línea roja. Mientras siguen los fastos por el ascenso y los más fiesteros siguen con las celebraciones, el CEO ya solamente piensa en la próxima temporada. Para mí se acaba aquí el apoyo incondicional a Molango, Recio e institución. Ahora hay que volver a ganarse la confianza y regresar al rigor del fútbol profesional. Estos meses en el infierno del desprestigiado fútbol de bronce tienen que servir de castigo para no repetir equivocaciones. Estoy seguro que Molango repetirá su estrategia de poca exposición pública y trabajará para meter al equipo entre los seis primeros: único objetivo posible para el próximo curso. Volvemos al lugar que jamás debimos haber perdido con las exigencias que ello conlleva para todos.

Sobre Tomeu Terrasa

Comunicador dedicado durante más de 30 años a la información deportiva. Ha narrado al RCD Mallorca en Primera y Europa además de acompañar a Moyà y Nadal alrededor del mundo desde 1997.

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