En una columna que trata de ciclismo en un diario mallorquín, hoy se debe comenzar ensalzando la gesta de Mavi Garcia al haber ganado una etapa en el Tour de Francia Femenino. Un hito que hace justicia a la dedicación, tesón y garra que ha desplegado la mallorquina a lo largo de su trayectoria deportiva. La historia se reconcilia con la veterana guerrera de una vez por todas.
Se terminó el Tour de Francia. La definición de la gloria se enmarca en el paseo triunfal de sus vencedores en el marco imponente de los Campos Elíseos. Qué mejor lugar para engalanar el éxito, el triunfo y la superación que representa ganar en la Grande Boucle.
Historia, estética, elegancia, glamur, unidos. Los colores del crespúsculo aumentan los honores. El espíritu de los grandes campeones contempla la ocasión, recordando el día cuando fueron ellos el centro del mundo.
La victoria de Mavi Garcia cae de pie en el cierre de un Tour masculino de éxito nulo para el ciclismo español.
Ganar en Paris evoca lo mejor de este deporte. La carrera de las carreras, el punto cardinal de toda una temporada. El eje gravitatorio del planeta ciclista.
Lo de Mavi cae de pie para nuestro ciclismo. Desde los tiempos de Alberto Fernández, el “Galleta”, cuando se cumplen cuarenta años de su trágica muerte, no había un español en el Top 15 de la clasificación. Ni una victoria de etapa. Ni Carlos Rodríguez, ni Enric Mas, consiguieron terminar la carrera por diferentes razones.
Pogacar se queda a un Tour del quinto, el número sagrado. Después de que el Visma de Vingegaard haya hecho bien todo lo que se presumía necesario para derrotar al esloveno. Sin embargo, en el ciclismo no es suficiente hacerlo bien. Algo que Mavi conoce perfectamente.
Artículo publicado en la edición del Diario de Mallorca de 28 de julio de 2025
