Se acabaron los Juegos para Nadal
El gran protagonista mediático para nuestro país. El hasta ahora héroe nacional incluso perdiendo la final de consolación ante Nishikori. Sin duda lo más importante de lo que ha jugado. Cierto es que se va de Rio con un oro en la modalidad de dobles. Un cuadro de segundo orden, sin apenas reconocimiento, en el circuito ATP y que solo vemos televisado en Copa Davis y JJOO. Como ejemplo, el partido clave lo mandaron en una pista exterior. También en la final de un Grand Slam, apenas hay público en la pista central. Pero por ello no quiero desmerecer que sea doble campeón olímpico. Algo que solo han conseguido las hermanas Williams y el chileno Nico Massú.
Sacrificio
Tenía que ser algo muy especial para él querer ganar otra medalla. Ya que, de otro modo, me cuesta entender el derroche de energía exhibido -con una muñeca maltrecha- en Jacarepaguá. Solo él puede explicarnos el hecho de tomar una decisión que puede perjudicarle en el ranking para entrar en el Masters y los premios ante una posible recaída. Eso sin contar todo a lo que ya renunció previamente.
Se equivocan los que quieren politizar el patriotismo de Nadal. Solo la gente del deporte profesional lo entiende.
Patriotismo
La única explicación es que su patriotismo está por encima de todo ello. Y más si lo consideramos una vez ya lo ha ganado todo en su carrera. Escuchar el himno, ver subir la bandera –que yo he vivido y disfrutado en Melbourne, Nueva York o París- realmente le emociona porque pasa a ser el gran protagonista. Uno le conoce bien y puede asegurar que el patriotismo de Nadal no está politizado. Solo la gente del deporte profesional lo entiende. Creo que se equivocan los que quieren hacerlo.
Pies en el suelo
Todo ha sido muy bonito. Pero ahora me preocupan las consecuencias al volver a pisar con los pies en la tierra. O, mejor dicho, el cemento de la gira americana. Desde que Nadal está lesionado -además de la preocupación de todo un país y especialmente su equipo- seguro que hay dos personas que lo han pasando mal: Toni Nadal y Carlos Costa. Uno en la parte deportiva y, el otro, el cerebro de todo lo relacionado con la marca Nadal. Como amigo íntimo, pero también responsable de su marca. Dos figuras inseparables que le aconsejan y, seguro, que en Rio no han podido frenarle.
Foto: ATP World Tour.