La temporada ha finalizado. Entramos en ese tiempo de análisis y reflexión de todo lo acontecido a lo largo de los últimos meses, y también en el periodo de valorar y barruntar los movimientos tectónicos en las escuadras más importantes del World Tour. Es momento de despedir para siempre a algunos de los nombres que se retiran después de habernos regalado momentos inolvidables.
Todo tiene un final, y en estos días se apagan la luces de muchos ciclistas que han sido todo en nuestro deporte. Quiero empezar rindiendo mi homenaje particular a Chris Froome. El inglés sudafricano se retira después de más de dos décadas de profesional. Su nombre saltó al estrellato cuando acompañó a su compañero, Bradley Wiggins, en el podio del Tour de Francia del 2012, en el inicio de la llamada década prodigiosa del Sky Team. Su triple corona en las Grandes Vueltas, además de sus cuatro cetros en la ronda francesa, le convierte en uno de los nombres más ilustres de la historia del ciclismo.
Chris Froome, Geraint Thomas, dos vencedores del Tour de Francia que se despiden del ciclismo profesional.
Quizá pudo ganar el Tour de Wiggins, de no ser por el trabajo que tuvo que hacer en favor de su entonces compañero y líder. Como también tuvo algo de infortunio en el logrado por Geraint Thomas, perjudicado por una caída que favoreció a que el galés se pusiera de líder.
Otra caída en el Tour de Nibali le restó una nueva opción que le hubiera permitido alcanzar la mágica cifra de los cinco Tour de Francia. En cualquier caso, con Froome se nos va un grande. Particularmente, su estilo nunca me atrapó, como tampoco acabé de entender que alargara excesivamente su carrera deportiva.
Otro legionarios insignes
Otro ciclista que merece nuestros respetos es Geraint Thomas. Un corredor que transmitía elegancia y compromiso con su deporte. Discreción y modestia eran virtudes que no le eximían del reconocimiento de aficionados y compañeros. Inseparable de sus gafas retro, gran contrarrelojista, ganador de un Tour de Francia y otras importantes citas del calendario, estuvo muy cerca de ganar el Giro de Italia de no ser por aquella última cronoescalada de Monte Lussari.
Romain Bardet pasa a engrosar la interminable lista de excelentes ciclistas franceses que consiguieron ilusionar a su país, y que, sin embargo, se quedaron a las puertas del gran objetivo: el Tour de Francia.
Muy cerca estuvo de la gloria en el 2016 y 2017, quedando segundo y tercero detrás de Froome. Excelente escalador, impenitente sufridor, tocó con la miel en sus labios en Lieja, en la Strade Bianche, en la Dauphiné, y, especialmente, en el Mundial del 2018 de Insbruck, el que ganó Alejandro Valverde.
Se despide la generación que comenzó a competir en la madurez de los Contador, Purito, Valverde, Nibali…
La lista continua con figuras como Fulgsang, veinte temporadas ha sumado el danés en el circuito. Medalla de plata en Rio 2016, adornan su palmarés triunfos en Lombardía, en la Dauphiné, en Lieja…Elia Viviani que se despide a lo grande con el campeonato mundial de pista, Rui Costa, el campeón del mundo portugués, el canadiense Michael Woods, y los españoles Omar Fraile y Jonathan Castroviejo.
Una generación que empezó a competir en la madurez de los Contador, Purito Rodríguez, el eterno Valverde, Nibali… a los que relevan en su turno con el inexorable paso del tiempo.
Llega el atardecer deportivo… y con este la sentencia de Jens Woigt resuena en sus oídos ” nunca más volveré a ser aquel joven ciclista que ganaba las carreras que un día de niño soñé con ganar”.



