Proclamado Jonas Vingegaard justo vencedor en lo deportivo de la Vuelta a España 2025, es el momento de razonar sobre todo lo que ha venido sucediendo en la edición que está a punto de finalizar.
A la espera del último suceso, Madrid se preparará para recibir a los ciclistas, que a lo largo de las tres últimas semanas, han intentado defender su oficio y brindar a la afición el espectáculo que unas masas uniformadas han intentado, y en ocasiones, logrado impedir.
El infierno de Guillen
La revuelta organizada causa un peligroso precedente a la industria del ciclismo. El boicot a las etapas, con árboles cruzando la carretera, revueltas y ataques directos a los ciclistas, recortes en finales de carrera y contrarreloj, o dejando sin vencedor la etapa de Bilbao por prevención de altercados mayores, es un balance desolador para cualquier organizador y patrocinador de una carrera ciclista.
Un verdadero infierno es lo que ha sufrido Javier Guillen y todo su equipo para poder llegar a Madrid.
La razón del caos de una reivindicación, que por muy justificada que pueda estar, atendiendo las causas humanitarias y de despropósito irracional por lo que está sucediendo en Gaza – hecho que tiene la condena y repulsa de toda persona de bien- no ampara ni justifica lo que se ha vivido en esta Vuelta
Bajo el pretexto de una idea noble, hábilmente manipulada, hay una larva perversa
En los últimos días se han puesto caras a las turbamultas. Son los mismas que tienen en su agenda agitar la crispación y corromper el alma social bajo el pretexto de ideas que pudiendo ser nobles, acaban siendo hábilmente manipuladas para conseguir el caos.
Hay una larva perversa en todo esto. La confusión entre la reclamación y el perjuicio provocado sin otro afán que sembrar las calles de odio y trifulcas.
El chantaje ha fracasado
Más allá del debate reflexivo de cuestiones que nos afectan por muy lejos que nos encontremos de ellas, la Vuelta ha sido noticia por motivos que en nada tienen que ver con el ciclismo. Solo por esto, los aficionados nos sentimos dolidos.
El Israel Premier Tech llega a Madrid sin lucir en su maillot al destinatario de todos los ataques. El chantaje ha fracasado. Las turbamultas uniformadas no han conseguido su objetivo. Sin embargo, La Vuelta y el ciclismo han recibido un duro golpe del que será costoso recuperarse.