El trabajo de campo se ha hecho con una nota de sobresaliente en el Mallorca. Ahora comienza el de laboratorio y todos somos conscientes que no va a ser fácil este mercado de fichajes. Hasta ayer todo el protagonismo fue para Luis García Plaza y sus hombres. A partir de este instante hay que centrar todas las miradas en Pablo Ortells y su equipo en la dirección deportiva. Tampoco hay que olvidarse de quien paga, Robert Sarver, quien ha vuelto a dar señales de vida tras consumarse el ascenso y debe estar a punto de aterrizar en Palma, si no lo ha hecho ya con su jet privado, para ejercer de propietario entre otras cosas.
El director deportivo no acertó en el mercado invernal y ello es un mal precedente para instalarse en la élite nacional.
Plan Sarver
En este último año se ha llegado a especular que podría haberle traspasado su paquete accionarial a Andy Köhlberg. Yo me sumé a esta hipótesis. La visita oficial del dueño de los Phoenix Suns servirá para escenificar y reivindicar su sello, la marca como dueño que es y el dinero que le está costando aunque, desde ayer, bastante menos para poder incluso equilibrar las cuentas. Poco o nada le preocupan los balances económicos del club. Sarver y su gente tienen un proyecto empresarial para el club y que muy pocas personas de la isla conocen y callan.
Consolidación
Tampoco le quita el sueño que su SAD esté en Primera, Segunda o metido en el fútbol amateur. Ellos van a lo suyo. Es preocupante que no quieran cambiar su hoja de ruta para crecer futbolísticamente. Con este panorama no lo va a tener fácil el director deportivo Pablo Ortells. Eso sí, cuando firmó su contrato sabía con las cartas que podía jugar en el pasado mercado de invierno. No acertó y ello es un mal precedente para el difícil trabajo que le queda por delante para confeccionar una plantilla competitiva para instalarse en la élite nacional. El reloj ya corre para Ortells.
