La capa mojada de Supermán

La sorpresa mayor devino el pasado verano cuando detuvieron a Supermán López en Barajas. Fue obligado a pasar interrogatorio por presunto de tráfico de medicamentos, en el marco de la “Operación Ilex”, vinculada el médico y fisiólogo extremeño Marcos Maymar. Faltaban apenas unos días para que empezase La Vuelta.

Su relación con este médico y la investigación existente le ha supuesto a Miguel Ángel López el despido del Astana de Vinokurov. No deja de ser una paradoja que el ilustre kazajo ande en los entresijos de esta historia. 

Sin embargo, más allá de lo que pudiera encontrarse en la hemeroteca, todo este revuelo habla bien del Astana ― así como del ciclismo de nuestros días ―, que no ha dudado en aplicar el principio de “tolerancia cero” ante el atibo o la mínima sospecha que pudiera existir entre un ciclista y la lacra del dopaje. 

A partir de aquel momento, la aventura profesional de López se complica por tan grave y delicado suceso. El caso de Quintana es otro ejemplo de dificultad.  Lo antecedentes que acompañan a López agravan todavía más la situación. 

Una temporada que se prometía como la de la venganza deportiva a los “tontos de siempre” del Movistar, ha terminado todavía peor. Sin equipo y con la sombra de la duda sobrevolándole, a Superman se le enganchó la capa en la más fatal circunstancia que un ciclista deba que sortear. 

Su repentino abandono en el Giro de Italia ya generó suspicacias. Alegó dolores en la cadera después de una caída, previo al estreno de la primera gran dificultad montañosa de la cita, antes de que empezara el baile de favoritos. En la primera etapa en suelo italiano, después del paseo húngaro, se subió al coche, repitiendo escena y sumando la tercera grande consecutiva con idéntico desenlace.

Todo hace indicar que López anda con malos consejeros y compañías manifiestamente mejorables.

Algo huele a podrido con tanto suceso extraordinario. Su posición y renombre viven sus peores días. Lejos quedan los éxitos de su primera etapa en el Astana. La última ha confirmado lo que se suele anunciar de las segundas partes. A los pocos días de renovar su contrato, el equipo azul cielo lo despide sin contemplación ni derecho a réplica. López amenaza con litigios, pero este no es el problema capital. Más bien lo es su paradero, después del golpe en seco recibido y las sospechas que se ciernen sobre él. ¿Qué equipo de postín estará dispuesto a asumir el riesgo de un terremoto como el reciente, además agravado por los precedentes?  

Es el momento de nadar y guardar la ropa. Los arrebatos y desaires públicos no conducen a nada más que a un alivio efímero. Todo parece indicar que López anda con malos consejeros y compañías manifiestamente mejorables. Una enmienda radical en su círculo para defender su honor, donde corresponde hacerlo, parece la mejor solución para salir de esta encrucijada que, prematuramente, amenaza con acabar con su carrera deportiva.



Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

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