Previas a la Grand Depart

Semanas nerviosas las que están precediendo a la Grand Départ del Tour. Entre caídas y positivos por COVID andan los preliminares a la gran cita. Murphy y su ley han salido a impartir jurisprudencia y prácticamente no hay equipo indemne. Solo Pogacar en su Eslovenia se mantiene inviolable y nos regala demostraciones de su potencial un día tras otro.

En Suiza ha habido una verdadera desbandada. Empezó el Jumbo Visma, y horas después ha continuado el rosario de abandonos, sumándose otras escuadras al completo como el Alpecin o el Bahrein. Entretanto, Nairo Quintana sufría una fea caída en Occitania donde el Movistar ha ido a sumar puntos.

Para ser ciclista y llegar a correr el Tour, se tiene que amar el oficio de sentirse ciclista. No basta ser. Se exige sentir.

Homenaje

Curioso método el establecido por la UCI el de la puntuación que da lugar al Ranking World Tour. Para que el lector se haga una idea, se valora tanto un 12° puesto en la General en el Giro, como una victoria de etapa en la misma carrera. Pondera más la clasificación que la victoria individual, algo que evidentemente condiciona las estrategias de los equipos, ya que pueden acabar concluyendo que es más interesante sumar puntos UCI que ganar la etapa. Algo perjudicial para el espectáculo. Todos son conjeturas e interpretaciones. Son las cosas del ciclismo global que, como todo, tiene sus pros y sus contras.

El Tour de Francia partirá de Copenhague. Un homenaje a la ciudad ciclista por antonomasia. Si algo tiene la capital de la famosa sirena son bicicletas y rutas para ellas. Imagino que la llegada del Tour hará que la ciudad viva en plena efervescencia. Los daneses disfrutan de una generación de ciclistas de enorme potencial y nivel. Todo acompaña. Allí están los Kasper Asgreen, Magnus Cort Nielsen, Morkov, Pedersen, Fulsang y Vinnegard, uno de los grandes favoritos al triunfo, respaldado por su segundo puesto en la pasada edición, y sobre todo, por el aval de su formación, el Jumbo Visma.

 

Estampa ciclista cotidiana en la ciudad danesa Copenhaguen.

Supervivencia

En el Puente de la Reina Luisa de Copenhague saltarán todas las expectativas de meses de arduo trabajo. Ya habrá tiempo de comentarlas, pero como anticipo, les cuento que estas incidencias previas ahora comentadas, serán peccata minuta en comparación a la explosión de la primera semana. Las emociones de gallina en piel, que diría Cruyff, las fuerzas intactas, el vigor de una meticulosa preparación lista para ser estrenada y las ganas de comprobar y materializar resultados, suelen tener como consecuencia carreras extremadamente nerviosas con múltiples caídas y montoneras que pueden derribar y arruinar el Tour para más de un favorito. Probablemente, Chris Froome no tiene el quinto Tour por una primera semana fatal. Por lo que el objetivo principal de todos los gallos es salvar los primeros combates, sin que las opciones para el triunfo final se vean perjudicadas.

Epicentro ciclista

Antes de todo ello se disputarán los campeonatos nacionales. En la vieja Europa es tradición que una semana antes del Tour de Francia se conozca al nuevo campeón nacional. Este año, la isla de Mallorca coge el relevo de La Nucia en Alicante y organiza el Campeonato de España. Un evento que pone el colofón al 125 aniversario de la federación balear. Mallorca es una isla de honda tradición ciclista. Con nombres propios del ayer y del hoy que forman parte de la historia del ciclismo español e internacional. Una exigente y versátil carrera en línea que estará precedida por la CRI, que tiene como novedad el que se podrá disfrutar de una lucha contra el reloj de alto kilometraje, algo inusual en los tiempos que corren, donde escasean oportunidades para los especialistas en esta modalidad que vive horas bajas.

Son estas algunas de las previas al momento capital y cardinal de todo el planeta ciclista, el Tour de Francia. Al que El Rutómetro dará un seguimiento especial como merece la ocasión.

El verano y el calor aprieta. La chicharra ha empezado a entonar su canto. Es la melodía que acompasa el baile con el sufrimiento a golpe de riñón. Solo los ciclistas entenderán la conjugación que une disfrute y sufrimiento. Por eso, para ser ciclista y llegar a correr el Tour de Francia, se tiene que amar el oficio de sentirse ciclista. Aceptar muchos días de larga espera y renuncias por unos inciertos y fugaces segundos de pasión. No basta ser. Se exige sentir. Es un requisito indescifrable e indispensable.

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

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