El supercampeón debe ascender

Ante una situación excepcional deben adoptarse soluciones del mismo calado desde la reflexión y la tranquilidad además de con el sentido común como principal argumento. Pero estas premisas no parece que sirvan para el todavía presidente de la RFEF. Luis Rubiales ha dinamitado el fútbol amateur con sus últimas decisiones. El sistema propuesto para determinar los ascensos a Segunda B, donde la federación tiene la potestad, ha creado un terrible mal ambiente entre clubes, entrenadores y futbolistas de estas categorías. Las redes sociales arden con defensas y ataques, según los intereses de cada uno de los implicadas, ante las propuestas de cómo deben ser los ascensos.

Como mal menor el Poblense debería poder jugarse el ascenso a 90 minutos y no en un fantasmagórico PlayOff.

Guerra abierta

Mientras esta guerra se ha desatado entre los clubes de la zona alta de la clasificación, los de abajo que tenían el descenso por castigo, se han escondido para que no sea cosa que, finalmente, no sea aprobada esta normativa y acaben perdiendo la categoría. Volviendo al sentido común y al espíritu de los valores que marcan las competiciones no profesionales donde, en teoría, no puede primar el dinero, tampoco existen los derechos de televisión ni los grandes contratos de patrocinio, debería ser mucho más sencillo tomar decisiones excepcionales en la situación de alarma sanitaria y de crisis económica.

Los futbolistas del Poblense departen en el vestuario. Foto: UDP.
Los futbolistas del Poblense departen en el vestuario. Foto: UDP.

Fútbol base

Ha quedado demostrado que no solamente en el fútbol profesional existe nerviosismo. Algo comprensible por todo lo que se están jugando, algo que no tiene nada que ver con el escenario aficionado que debería de estar más preocupado de sus futbolistas más jóvenes. De los niños de las escoletas, alevines e infantiles que llevan más de un mes sin pisar la calle. No he visto una sola iniciativa de los clubes del fútbol humilde dirigida a ellos en este confinamiento en el cual los chicos y chicas no existen para ellos. Sus presidentes y directivos están más preocupados en los ascensos del equipo amateur y en saber cuando volverá la liga de los profesionales.

Poblense

El ejemplo más claro en el cual el sentido común debe presidir la toma de decisiones lo podríamos aplicar para determinar al campeón del grupo balear de Tercera. Si hay un equipo, sin discusión y con los valores del deporte no profesional en la mano, que debe ascender al fútbol de bronce es la UD Poblense. Por su currículum en las últimas fases de ascenso y su brillante e invicta temporada tras 27 semanas con 22 victorias y cinco empates. Como mal menor debería poder jugarse el ascenso a noventa minutos y no en un fantasmagórico PlayOff con clubes de su mismo grupo. El equipo de Óscar Troya ha sido el mejor de la liga regular y alguna ventaja se merece. Es ilógico que los que peor lo ha hecho no desciendan y que el supercampeón Poblense sea ninguneado por la RFEF por hablar solo del Grupo XI de Tercera.


Portada: Los futbolistas azulgranas hacen piña en el centro del campo (UD Poblense).

Sobre Tomeu Terrasa

Comunicador dedicado durante más de 30 años a la información deportiva. Ha narrado al RCD Mallorca en Primera y Europa además de acompañar a Moyà y Nadal alrededor del mundo desde 1997.

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