Tu club no te quiere

No parece haber fecha para poder volver a ver público en las gradas de los estadios del fútbol profesional en España con todas las medidas de seguridad, sanitarias y de distanciamiento social. Nadie estuvo en contra el día que se tomó la decisión pero hoy ya son muchas las voces que le piden a LaLiga y al CSD que levanten la prohibición como ya sucede en otras ligas europeas. En nuestro entorno más cercano solamente es necesario bajar un escalón y ver como el Poblense y el Baleares iniciarán su liga en Segunda B con aficionados en la tribuna.

Los propietarios siguen solamente preocupados para que siga el espectáculo televisivo en exclusiva y repartirse el pastel.

Expulsados

La autorización llega avalada por el Govern Balear y la RFEF que organiza la competición como en Tercera. Resulta difícil de entender que en LaLiga, donde los estadios, infraestructuras así como la operativa de la que disponen los clubes son escenarios donde seguir los protocolos debería ser mucho más fácil y eficaz, siguen cerrados. Mientras el fútbol amateur, tan limitado en todo, pueda abrir las puertas a sus pocos aficionados. Este es el último ejemplo de lo poco, o nada, que las SAD tienen presentes a sus abonados que ven como los propietarios de los clubes de su vida siguen solamente preocupados y ocupados en mantener a los artistas metidos en la famosa burbuja para que siga el espectáculo televisivo en exclusiva y poder seguir repartiéndose el pastel de dos mil millones de euros por los derechos audiovisuales. Es por ello que no existe el más mínimo interés por abrir las puertas.

Intereses

El cierre ha favorecido a todos menos al aficionado tribunero de toda la vida. Al margen de las restricciones ministeriales y el CSD se habla de un pacto secreto entre clubes para no mover ficha en esta problemática por diferentes cuestiones. Una de ellas es que sigue habiendo estadios en obras. El alto coste de la apertura para aforos limitados también es uno de ellos. Sin olvidar el complicado proceso de seleccionar a los beneficiados con una entrada para asistir a cada partido. En todo este entramado de intereses cruzados no hay que olvidar a los operadores de televisión que disponen de los derechos del fútbol y que están haciendo su agosto. La guerra por conseguir abonados para la temporada ha sido terrible con irresistibles promociones sabiendo que hasta el próximo año LaLiga solamente se verá por televisión. Los clubes priorizan el hecho de tener satisfechos a las televisiones, que la final son quienes mantienen la industria del fútbol, aunque la esencia de este está en la liturgia de asistir al partido y vivirlo desde tu asiento en la grada.

Sobre Tomeu Terrasa

Comunicador dedicado durante más de 30 años a la información deportiva. Ha narrado al RCD Mallorca en Primera y Europa además de acompañar a Moyà y Nadal alrededor del mundo desde 1997.

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