El día menos pensado

En estos días de confinamiento al mundillo ciclista nos han hecho un regalo tan esperado como ansiado. La catarata de noticias tristes y escalofriantes han encontrado un amaine, un descansillo en nuestro argot, que nos ha alegrado el corazón. Me estoy refiriendo a la serie documental El día menos pensado. Emitida por Netflix, nos adentra a las mismas entrañas de lo cotidiano de una carrera ciclista y de sus protagonistas. Nos abre la puerta a un mundo oculto, hasta ahora solo imaginado. Además de una presentación y realización de gran calidad, el serial sabe transmitir con sentimiento la realidad ordinaria del éxito, fracaso, errores y aciertos, grandezas y miserias humanas de los ídolos del pedal.

El aficionado convive con los líderes, como si llegase a estar sentado en uno de los asientos del coche o autobús de equipo.

Trayectoria

Cuarenta años de Movistar -antes Reynolds, Banesto, Illes Balears, Caisse d´Epargne- convierte a esta escuadra en una referencia indiscutible cuando se habla de ciclismo profesional. Y este serial, como bien dice su manager Eusebio Unzúe, hace justicia a los sacrificios secretos del ciclismo. Desde las duras Ardenas, pasando por el Giro y el Tour, hasta la Vuelta a España, el aficionado convive con los líderes, como si llegase a estar sentado en uno de los asientos del coche o autobús de equipo. Valverde se sincera reconociendo el peso que supone llevar el ‘arco iris’. Es una verdad que todos los grandes campeones han experimentado la gravedad de la púrpura ciclista; y el ‘Bala’, lo confiesa.

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Humildad

La sencillez de Carapaz y Quintana, de carácter más tímido en el circo mediático, nos desvelan la humanidad del ciclismo que nace y se forma en los orígenes humildes de familias trabajadoras. La primera bicicleta de Carapaz, el poner pecho a la vida de Quintana, son algunas muestras de cómo se forjan los campeones del ciclismo. Son los últimos referentes de otros tantos que les precedieron y que escribieron sus nombres en las principales páginas de la historia del deporte de la gente sencilla.

Landismo

La ambición de la juventud inquieta la personifica Landa, quien con su carácter ha sido capaz de suscitar lo que algunos llaman ‘landismo’. Y aún detrás de ese punto que linda entre la altivez y la seguridad, se descubre una persona con ganas de comerse el mundo, de dar alegrías a la afición. Condimentos necesarios para las grandes gestas ciclistas. Landa quiere ganar. Se sabe ganador. Tiene hambre y no pone cotos a su ambición. Solo se casa con sus legítimos deseos de ser líder. En un deporte tan competitivo como el ciclismo es del todo comprensible que alguien de su talento y facultades sea un corredor incomprendido por los deslenguados.

Júbilo y errores

Pero si estas figuras se nos hacen personas corrientes y molientes, escuchar y ver la cocina que hay detrás de lo que nos muestra habitualmente la televisión, acaba por rendir definitivamente al espectador, más allá del grado de afición que pueda tener por este deporte. Lo defino como el gran secreto del éxito y acierto del serial. Hay momentos de júbilo que te sacan la sonrisa inconsciente y cómplice, como si el éxito fuera de estreno. Y errores, despistes, cabreos y arengas de los Txente Garcia Acosta, Arrieta, Sciandri y demás, que no tienen desperdicio por su humanidad, en estos días de especial sensibilidad. Una joya. No se la pierdan en esta cuarentena. Pueden verla El día menos pensado, pero no dejen de hacerlo si tienen ocasión.

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

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