Menorca, la ciclo más pura

Menorca es uno de esos paraísos desconocidos para una mayoría de ciclistas. Cierto es que cada vez son menos. El Cami de Cavalls, que recorre el perímetro de la isla ha ayudado a divulgar el atractivo de esta maravilla mediterránea, singular y característica por propia idiosincrasia. 

Alguien puede pensar que es una isla llana, sin embargo, nada más lejos de la realidad. La isla es toda ella, una cordillera de monte bajo, con su valles y bosques que convierten las carreteras que la vertebran en un rompe piernas para el ciclista. 

Hay mucha afición al cicloturismo residente y de visitantes atraídos por descubrir nuevos territorios. Son diferentes los clubes que organizan salidas a lo largo de todo el año. Otra ventaja añadida de la isla es el buen clima que predomina en buena parte del calendario. Los días de invierno son llevaderos con ropa adecuada, y los más calurosos son soportables a una hora temprana. 

Menorca pondrá el broche final a una intensa temporada.

En el calendario cicloturista del año hay una fecha marcada en rojo. Octubre es el mes elegido desde hace veintiún años para la celebración de una de las marchas cicloturistas más puras de las que conozco. Una cita que convoca a centenares de apasionados al ciclismo. Muchos de ellos acuden a la llamada con fidelidad y devoción. Un rasgo que nos indica que algo diferente nos aporta la experiencia. Son tres días de cicloturismo, de paisajes de un verano tardío que se despide, y la alegría espontánea de un colectivo de personas unidas por una misma afición e intención: ciclismo y diversión.

Un maridaje aderezado por las estudiadas y selectas rutas que conforman el triduo ciclista. Desde la bienvenida hasta el final de la fiesta, nada se le escapa al organizador que cuida los detalles para que todo salga a la satisfacción del visitante. Es habitual que entre los participantes se hallen nombres conocidos del ciclismo profesional.

Los días 21, 22 y 23 de octubre se celebrará la 21ª edición de la Volta Cicloturista Internacional a Menorca.

Por la Volta Cicloturista a Menorca han pasado grandes y reconocidos profesionales. En esta próxima edición, se rendirá homenaje al Euskaltel Euskadi. Algunos representantes de la marea naranja, como Joseba Beloki, Igor Antón, Iban Mayo y Samuel Sánchez, serán acompañantes de prestigio de aquellos que acudan el 21, 22 y 23 de octubre a la cita menorquina.

Tres días de ciclismo con la diversión como único objetivo.

Llega la hora de comenzar a rodar. Temprano y al son de las campanas de Santa Maria de Maò salen los ciclistas la mañana del sábado. El día anterior se ha hecho una corta ruta para estirar las piernas de aquellos que viajaron hasta Menorca llegados de cualquier parte. Es muy habitual la asistencia de grupos ingleses. La jornada sabatina aguarda un centenar de kilómetros que cruzan la isla casi de punta a punta. Antes del primer avituallamiento hay que ganárselo subiendo el muro de S´Enclusa, que en nada tiene que envidiar al de la Flecha Valona. Se trata del primer tramo cronometrado que estimula el apetito de los más competitivos.

En esta ocasión, serán los Samuel Sánchez, Beloki, Igor Antón o Iban Mayo quienes compartirán ruta con cientos de aficionados. 

Rodar entre verdes prados decorados con sus caseríos y pastos de vacas albinegras, evoca la nostalgia de otros tiempos, que, en el caso menorquín, permanece inalterable ante el frenesí de la burbuja tecnológica. 

Disfrutar a cualquier hora, desde el amanecer hasta el atardecer del puerto natural de Maò, con su lazareto y la imponente fortaleza de La Mola de testigos de una historia interesante, cura cualquier atisbo de ansiedad. Son algunos de los regalos que envuelve la Volta Cicloturista a Menorca, junto con una oferta gastronómica espectacular. 

El domingo equivale a Monte Toro. Ascenso meridional que somete a prueba la fortaleza de los participantes en el tercer día consecutivo de ciclismo. La cumbre no tiene un desnivel exagerado, sin embargo, concentra rampas endiabladas y cuasi verticales. Hay que agarrarse bien los machos, y las calas. Conviene dosificar el esfuerzo porque la exigencia va de menos a más, a medida que se acerca la cima santa. Toda una metáfora de la vida que es lucha y gracia. Para conseguir alcanzar la última hay que esforzarse y vencerse, y si se sube hasta el Toro, retorcerse. 

Comentaba al principio que algo diferente y singular atesora la experiencia de la Volta Cicloturista internacional a Menorca. He intentado transmitir su esencia, sabiendo y conociendo que solo la vivencia completa abarca la magnitud de lo que significa; un fin de semana de otoño en la isla menorquina, gracias al cicloturismo más puro. 

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

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