La sombra de líder que ejerce Vicente Moreno en el club es muy alargada como quedó claro en el último encuentro del Mallorca en Gijón. Primero porque, con su ausencia en el área técnica del Molinón, sus futbolistas estuvieron dispersos sin su técnico. Nada que objetar a la tarea del resto de su staff con un Dani Pendín que se desvivió en las funciones de primer entrenador. Pero no existió esa química ni esa transmisión desde la banda al terrano de juego que ejerce el valenciano.
El liderazgo que ejerce Moreno debe blindarse y mucho está tardando en hacerlo efectivo la propiedad.
Presencia
Moreno impone solamente con su presencia. No solamente en el vestuario sino también en la sala de prensa. No es habitual encontrarte a un entrenador con este perfil. Es una persona que sabe lo que tiene que decir y cuando debe hacerlo. Puede ser muy crítico, incluso con sus futbolistas, pero siempre desde una exquisita educación. Habla claro, pero sin ofender, sabiendo enviar sus mensajes para que lleguen al destinatario sin estridencias pero con contundencia. Qué lejos nos quedan las salidas de tono de técnicos que han pasado por el RCD Mallorca como Manzano o el apasionado Caparrós con frases muy desafortunados argumentos surrealistas.
Liderazgo
Moreno es el auténtico líder de actual Mallorca. No hay nada que esté vinculado al equipo que se le escape como los horarios, hoteles, vuelos o eventos en los que tienen que participar sus jugadores. Todo debe estar bajo control. El míster tiene una máxima: ya que hay que hacerlo, hagámoslo bien. No solamente lo aplica al aspecto futbolístico, sino también al logístico y organizativo. Personalment me cuesta visualizar un Mallorca sin el valenciano junto a su equipo de trabajo. El liderazgo que ejerce debe blindarse y mucho está tardando en hacerlo efectivo la propiedad. El último ejemplo sobre el control del entrenador se pudo ver en el aeropuerto de Asturias cuando, por sorpresa, LaLiga publicó el horario del partido de Almería. De inmediato se montó un gabinete de crisis. El partido en día de Reyes y al mediodía entraña muchas dificultades para encontrar la mejor combinación aérea.
Perfeccionismo
El delegado Biel Gelabert y el preparador físico se pusieron en marcha para que, en pocos minutos, se informara de la logística que podía ofrecerse gracias a varios planes de viaje que el propio delegado tenía en la recámara. Mientras, Dani Pastor enseñaba posibilidades de lugares de entrenamiento en Málaga, Granada o Alicante por si fuese preciso. La profesionaliad y rigor es lo que quiere el máximo responsable técnico y, sin dida, lo tiene en su staff. Cada uno sabe cual es su función y como le gusta al jefe. Una persona perfeccionista al que no se le escapa ningún detalle. Esperemos que a Sarver no se le escape. Tras años de continuos fracasos en la elección de entrenador, Moreno debería ser el elegido para ocupar la plaza al margen de los resultados. Algo que, como está montado hoy el fútbol profesional, parece complicado.
Portada: Moreno, Gelabert y Pastor en el aeropuerto de Asturias (TTdeporte).
