Un Giro apoteósico, de carrera perfecta ha sido calificada la ejecutada por el esloveno. Pogacar acaparó todos los focos, todas las opiniones, todas las especulaciones, y de no ser por las “volatas“, casi todas las etapas. Ganó seis que pudieron ser ocho.
Se intuía que algo así podía suceder cuando en la previa de la carrera se tituló ” Giro o monólogo“. Finalmente, presenciamos un soliloquio del esloveno. Qué exhibición, qué despliegue, qué demostración de facultades, talento y superioridad. La pregunta aflora en todos los foros: ¿se habrá desgastado Pogacar ante el próximo Tour que comienza en apenas un mes?
La superioridad de Pogacat ha sido mayúscula. Desde hacía muchas décadas no se veía nada parecido.
Desde hacía muchas décadas no se veía algo igual. Hemos de remontarnos al ciclismo primitivo para encontrar una diferencia tan abultada y abismal como la que Pogacar ha infligido al segundo clasificado, Daniel Felipe Martínez; el primero de los mortales a tenor de lo realizado por un inalcanzable Pogacar.
Lideró veinte de las veintiuna etapas. Solo se le escapó la primera por apenas una rueda de diferencia. Su superioridad fue de tal magnitud que cada análisis de etapa acababa convirtiéndose en una glosa de las virtudes de sempiterno líder.
A pesar de Pogacar, fue un Giro aburrido
La primera de las grandes vueltas ha finalizado y también ha confirmado que sigue siendo la carrera de tres semanas más tediosa de la temporada. Al margen de lo comentado, el Giro, de no ser por su historia y bella geografía, deja mucho que desear . No es bueno que una carrera sea tan previsible. El guión está escrito antes de comenzar. La insistencia por reservar toda la artillería pesada a la última semana es una fórmula repetida que no funciona.
Se repite tanto la historia que alguien debería pensar como “resucitar” el relato del actual Giro.
Estaba anunciado que el líder que saliese de la Monasterio de Oropa, en la segunda etapa, podría conservar la maglia rosa un mínimo de ocho días. Idéntico contexto al que permitió a Juanpe López mantener su liderato gracias a la renta obtenida en el Etna del Giro del 2022. La insistencia en un formato que no funciona obliga a la reflexión.
Pogacar ya tiene su Giro. De principio a fin, alargó su reinado hasta entrar en Roma. Como César cruzó el particular Rubicón y se dirigió a la Ciudad Eterna para ser proclamado emperador del ciclismo mundial. No tuvo rivales, el grado de intimidación y respeto terminó en reverencia. El Giro de Italia del 2024 es el Giro de Pogacar. No hay más historia.
