Enric ante su Tour

Enric Mas afronta su Tour de Francia más esperado. E incluso, añadiría que el más trabajado. El Tour que soñó competir cuando empezó como ciclista profesional y el que se ha venido labrando en las últimas cuatro temporadas. Dio el salto al Movistar, dejando el potente Deceunick de Lefevere, conocedor de que el tiempo jugaba a su favor. A Valverde le podían quedar tres o cuatro temporadas más, por lo que era cuestión de tiempo y de méritos llegar a convertirse en el jefe de filas del Movistar. El tiempo es implacable y los méritos han terminado otorgándole los galones ambicionados.

Lo que haga Mas en este Tour y en la próxima Vuelta tendrá un efecto trascendental. De él dependen muchas cosas.

Líder de equipo

Ha llegado el momento. Parte de Copenhage como líder indiscutible del primer y único equipo español World Tour. Un hecho que se traduce en que estarán a su disposición todos los compañeros del plantel. De entre ellos, cabe destacar el oficio y la veteranía de los Izaguirre y Erviti. El último vasco empezó a correr en el conjunto de Unzué ya en tiempos del Illes Balears. Ha llovido. Otro doméstico que le dará cobertura y asistencia en las etapas de montaña será su amigo Carlos Verona, quien en el pasado Criterium Dauphine ya hizo gala de un excelente momento de forma.

Un paisano balear acompañará al mallorquín. El menorquín Albert Torres, con una brillante y exitosa carrera como pistard, ha comprobado cómo, después de tres temporadas en la carretera, ha logrado ocupar un hueco entre los mejores. Su presencia en el Tour de Francia es todo un reconocimiento ganado a pulso que supondrá un valor emocional importante para Enric Mas, en la dureza de las tres semanas de máxima exigencia que tiene por delante.

El ciclista de Artá llega al Tour en un excelente estado de forma, con el único lastre psicológico de haberse caído en los momentos cruciales en lo que llevamos de temporada. Lo hizo en la Tirreno- Adriático, persiguiendo un mordaz ataque de Pogacar, y volvió a golpear contra el suelo en la subida Arrate, la misma cima que contempló su victoria en el 2019.

 

Plenitud y madurez

Enric Mas comienza su cuarto Tour de Francia en un momento de plenitud y madurez profesional. Sus dos segundos puestos en La Vuelta a España le otorgan autoridad y seguridad ante sus rivales. Cierto es que le ha tocado una brillante generación de contrincantes, pero el hecho de estar ahí, entre los mejores, con la experiencia y madurez adquiridas, con un equipo a su servicio, con toda la preparación acorde a la máxima ambición imaginable, le situará en los puestos de cabecera de la carrera en los momentos determinantes. Y esto es algo, indiscutiblemente, muy valioso.

Dependencia de Mas

Con la tranquilidad de haber renovado su contrato con los telefónicos hasta el 2025, inicia el Tour de Francia con la única presión que se impuso desde sus inicios como profesional; aspirar a lo máximo. Ganar el Tour. Conquistar París. Lo necesita él y también su equipo. Al Movistar le urge dar relevo a Valverde y sumar puntos que le alejen de la amenaza del descenso. Unzué anda nervioso y no le faltan motivos. Con las actuales reglas del juego impuestas por la UCI, los números no salen. Lo que pueda hacer Enric Mas en este Tour y en la próxima Vuelta tendrá un efecto trascendental. De Enric dependen muchas cosas.

Vamos a disfrutar de tres semanas de buen ciclismo. Cierto es que, habitualmente, la expectación generada suele ganarle la partida a la realidad. Sin embargo, como comento en el vídeo ‘Todos contra Pogacar’, se nos presenta una Grande Boucle especialmente abierta, de gran dureza, con ciclistas muy ambiciosos, que nos garantizan espectáculo a raudales.

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

Deja una respuesta

*

Acepto la politica de privacidad *