La semana Bretona

Esta primera semana del Tour ha sido de la más inquietas de las ediciones recientes. Los paisajes idílicos de la Bretaña, conocida como la Finisterre de Francia, han sido un infierno para los corredores con los típicos sube y baja de unas carreteras forjadoras de verdaderos luchadores del pedal. A todo este ajetreo hay que añadirle el pensamiento fijo del pelotón por la etapa dominical de Roubaix. “Una verdadera locura” en palabras de Eusebio Unzue, jefe del Movistar. Mencionar Bretaña y Tour es hacer brotar ciclismo del bueno y recordar nombres como Petit-Breton (1907-08), Robic (1927), el elegante Bobet con sus tres Tours consecutivos (1953-1955) y el campeonísimo Bernard Hinault con sus cinco coronas (1978-79, 1981-82 y 1985) siendo el último francés bretón que ha pasado de amarillo por el Arco del Triunfo de París. A pesar de los toboganes, los finales al sprint se han impuesto y los favoritos han visto como, por una circunstancia u otra, perdían un tiempo imprevisto. Tiempo que, como en el caso de Nairo Quintana, Urán, Bardet o Dumolin, les obligará a salir del conservadurismo e intentar alguna proeza para poder grecuperarlo.

Los corredores intentan rodar por el borde de la carretera para evitar los adoquines añadiendo al estrés de la competición el riesgo casi inevitable de las caídas.

Duelo por el verde

Siempre habíamos escuchado que los colombianos eran fuertes en la montaña. Todos recordamos aquellos escarabajos que, con el mítico Café de Colombia a sus espaldas, eran protagonistas destacados de las etapas acabadas en alto. Con la crisis moral que asoló al ciclismo durante años, desaparecieron de los primeros puestos. En su resurgir han reaparecido manteniendo su fortaleza tradicional sumando un representante que ha venido para quedarse en las etapas con final al sprint. Eduardo Gaviria representa la evolución del ciclismo colombiano. Nada que ver con los míticos Lucho Herrera y Fabio Parra de antaño. Su formación de pistard, en la especialidad Omnium, no es la misma que la de su principal rival en la lucha por el maillot verde de la regularidad. Peter Sagan, el tricampeón del mundo, procede de la BTT. Con el colombiano comparte talento y capacidad para convertir los sprints de este Tour de Francia en un espectáculo como puede ser una gran jornada de montaña.

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La ‘mina’ de Roubaix

La etapa referente del Muro de Bretaña fue para un irlandés que encarna perfectamente el carácter de su pueblo. Daniel Martin, incansable sea cual sea la contradicción o el infortunio que se le presente, después de varios años intentándolo se reencontró con el merecido premio de la victoria. Ganó fiel al estilo de los grandes campeones irlandeses: con autoridad y sencillez. Los amantes del ciclismo sabemos que el triunfo de Martin es el mejor preámbulo para anticipar la ‘obsesión de Roubaix’. La mítica clásica tendría su versión Tour en esta semana. Un final de fiesta que intima con la épica de la tradición y la leyenda. Cerca de Roubeix hay un emplazamiento minero y la identidad que adoptan los ciclistas en el famoso recorrido de adoquines coincide en mucho con la de los mineros. Una mezcla de orgullo y sufrimiento. La Paris-Roubaix es “el sufrimiento”, me contaba Vicenç Reynes. El mallorquín que más ediciones ha corrido en la Reina de las Clásicas. “Un verdadero infierno”, insistía. Los corredores intentan rodar por el borde de la carretera para evitar los adoquines, rozándose con espectadores y fotógrafos, añadiendo al estrés de la competición el riesgo casi inevitable de las caídas.

Emociones fuertes

Salir vivo del pavés era el objetivo de los favoritos. Ninguno de ellos especialista en este tipo de trazado. El esfuerzo, inversión y preparación se podían ir al traste por contingencias que, en cualquier etapa, serían imprevisibles. Pero en la aventura entre Arras y Roubaix eran más que probables. Al final tregua entre los favoritos que salvaron los muebles y sus opciones con alguna magulladura. El peor parado fue Richie Porte. Pero los Movistar -con Valverde- Landa-Quintana-, Froome y el resto de favoritos junto al líder Van Avermaet, quedaron indemnes después de la batalla. La gloria del día fue para el alemán Degenkolb rememorando su victoria en la Paris-Roubaix de 2015. Después de la jornada de descanso, empieza el baile. Llegan las primeras etapas de montaña. Francia es campeona del Mundo en fútbol y el Tour promete emociones fuertes. Lo presiento.

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

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