Los clubes no son guarderías

Durante muchos años he escuchado muchas críticas de padres hacia como se trabaja en las escoletas de fútbol y otros deportes. Afortunadamente la mayoría de clubes llevan a cabo una rigurosa y organizada labor en iniciación que es lo mínimo que se les puede pedir. Pero para otros clubes esta área formativa solo es una manera de hacer caja. Los ilusionados padres, entre los cuales me incluyo, animamos a los pequeños cuando cumplen los cuatro años para que se inicien en la práctica deportiva. Lo normal es buscar asesoramiento y el ambiente de un club deportivo para que den sus primeros pasos como jóvenes que disfrutan del deporte.

Un club deportivo no es una guardería y parece ser que son también una gran fuente de ingresos opacos.

Primeros pasos

Mi experiencia personal con el pequeño de la casa ha venido a confirmar lo mal que se hacen las cosas concretamente en un club de tenis de Santa Ponça. Lo triste es que me cuentan que esta es una tónica muy extendida. Una situación que debería preocupar y ocupar a las federaciones territoriales, en este caso concreto la de tenis. El orden, disciplina, valores e impartir los primeros conocimientos a los pequeños es el protocolo que se aplica en un centro de enseñanza, sea o no deportivo. Eso es lo que, como padre, esperaba que le transmitan al principiante. Por encima de todo las escoletas deben conseguir que el alumno se divierta recibiendo unos consejos básicos sientiéndose protagonista. Todo lo contrario a lo vivido durante varias clases en este club calvianer. No pretendo encontrar un centro de alto rendimiento con internado incluido, pero sí unos mínimos en organización e infrastructura con unas pistas acondicionadas, vestuarios y, lo más importante y básico, que nuestros hijos reciban clases o entrenamientos impartidos por profesionales titulados.

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Guardería

Es intolerable pagar 27 euros por cuatro horas al mes y que el monitor nunca sea el mismo y cada pista está masificada con la ausencia de algo tan clave a estas edades de iniciación como es el trato cercano hacia el alumno al que hay que mimar en un mundo nuevo para él. La Balear de fútbol exige e imparte cursos para entrenadores en grado de iniciación. También apoya a clubes y padres corriendo con los gastos de un seguro médico para cada niño. En mi experiencia en el club de la Costa de Calvià, a la hora de pagar las clases, nadie me habló de un seguro ni me aportaron recibo para los 27 euros. Nadie del club me ofreció información sobre la titulación de los monitores, si tenían licencia de la RFET ni sobre la compensación de los días que, por meteorología adversa, no hubo clases. Un club deportivo no puede convertirse en una guardería y parece ser que, para algunos, las mal denominadas escoletas son también una gran fuente de ingresos opacos.

 

Sobre Tomeu Terrasa

Comunicador dedicado durante más de 30 años a la información deportiva. Ha narrado al RCD Mallorca en Primera y Europa además de acompañar a Moyà y Nadal alrededor del mundo desde 1997.

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